EJERCICIOS CON DOLOR LUMBAR

La mayoría de los casos de pacientes con dolor de espalda (90 %) pueden ser controlados por el médico, quiropráctico o kinesiólogo, solamente el 10 % tienen que ser enviados a especialistas de otro nivel de atención; esto es debido a que aproximadamente el 90 % de las lumbalgias se pueden catalogar como inespecíficas. Como norma general está contraindicado el reposo absoluto, ya que prolonga el estado de lumbalgia y la incapacidad laboral, la mejor recomendación es mantener el mayor grado de actividad física que el dolor permita, y si en algún caso es necesario el reposo en cama, éste debe ser lo más breve posible y durar un máximo de dos días, ya que se estima que cada día de reposo en cama conlleva una pérdida del
2 % de la fuerza muscular.

Beneficios de los ejercicios

Entre las intervenciones activas, los ejercicios de estabilización segmentaria vertebral representan una mayor reducción de la incapacidad funcional así como de la intensidad del dolor en el tratamiento de la lumbalgia mecánica inespecífica crónica, comparado con programas de tratamiento conservadoras.


Existe una reducción significativa del dolor y una mejoría de la capacidad funcional a corto y largo plazo en pacientes con dolor lumbar agudo que mantienen la actividad frente a los que realizan reposo; el período de incapacidad laboral y la cronicidad también son menores en quienes mantienen la actividad. También los pacientes que se mantienen en un estado activo y continúan con actividades normales de la vida cotidiana, incluyendo el trabajo, tienen una recuperación más temprana de los síntomas, reduciendo la discapacidad.


En la lumbalgia subaguda, la realización de ejercicios programados en el ámbito laboral disminuye el ausentismo, sin embargo; no hay evidencia de qué tipo de ejercicio ni de qué duración sería el más adecuado en este tipo de lumbalgia. Por su parte, en pacientes con lumbalgia de más de cuatro semanas de duración, la realización de un programa de ejercicios disminuye el dolor y la discapacidad a los tres meses, aunque estos beneficios no se mantienen a largo plazo. Se ha identificado que el ejercicio es tan eficaz como otros tratamientos conservadores en cuanto a disminuir el dolor y aumentar la capacidad funcional en pacientes con lumbalgia crónica; además, reduce los días de incapacidad en personas con este tipo de lumbalgia. Sin embargo los ejercicios de estiramiento no son más eficaces que otros ejercicios en el tratamiento de la lumbalgia.


Desde 1904 se ha reconocido que la actividad física es un factor importante en la prevención y el tratamiento de la lumbalgia, y es que los beneficios derivados de la actividad física se deducen en parte si se toman en cuenta los efectos perniciosos de la inmovilización o la inactividad sobre el cartílago articular y especialmente sobre los tejidos de la columna vertebral. La inactividad física genera pérdida de coordinación y potencia muscular y posteriormente se presenta la atrofia; en los casos de lumbalgia crónica, estos factores constituyen un círculo vicioso y dificultan la recuperación espontánea; al contrario, las recomendaciones enfocadas en mantener y mejorar la actividad física implican una reducción en el tiempo de la incapacidad laboral en pacientes con lumbalgia subaguda inespecífica; en estos casos, el ejercicio al parecer es un método eficiente y la combinación de éste con una terapia conductual, ha demostrado ser muy eficaz, aunque hasta el momento ninguna técnica específica de ejercicios se ha sugerido como superior a otra.


Por otra parte, parece existir una relación entre la actividad física, la capacidad aeróbica y la lumbalgia ya que las personas con problemas de espalda tienden a reducir sus niveles de actividad física y pierden capacidad cardiovascular; aunque a veces sea difícil determinar si la reducción de la actividad física y la mala capacidad cardiovascular son factores causales o la consecuencia de la lumbalgia, por ejemplo; el ejercicio aeróbico de bajo impacto parece mejorar la capacidad cardiovascular de las personas con lumbalgia sin el riesgo de una exacerbación.
El ejercicio se encuentra entre los tratamientos más prescritos para los pacientes con lumbalgia crónica, ya que puede resultar de gran utilidad en los procesos para retomar la actividad diaria y favorecer el retorno a las actividades laborales.
Durante mucho tiempo se determinó como contraindicados los ejercicios de rebote, ya que se pensaba que cuadros como discopatías u otras enfermedades del disco empeoraban con este tipo de ejercicios, actualmente la evidencia científica comprueba que los ejercicios de rebote o impacto fortalecen los discos en la columna vertebral, lo que se debe tener en consideración es realizarlos estando en el peso adecuado.

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